En un mundo donde el vapeo entre los jóvenes sigue creciendo, Nueva Zelanda se encuentra en una encrucijada al intentar regular un mercado en constante cambio.
La reciente prohibición de los vaporizadores desechables por parte del gobierno de Nueva Zelanda plantea dudas sobre su eficacia para frenar lo que podría llamarse la epidemia de vapeo juvenil. Investigadores y activistas anti-vapeo, como Lucy Hardie, académica de la Universidad de Auckland, señalan la capacidad de la industria del vapeo para adaptarse rápidamente a las nuevas regulaciones, destacando la necesidad de un enfoque más holístico.
Inicialmente, el gobierno había considerado leyes antitabaco más estrictas, incluido el aumento gradual de la edad legal para comprar productos de tabaco, pero dio marcha atrás ante las críticas y optó por prohibir los productos de tabaco desechables. Sin embargo, la industria todavía parece estar un paso adelante, ofreciendo alternativas reutilizables y de bajo costo que, respetando los marcos legales, siguen atrayendo a consumidores más jóvenes.
Dispositivos como los vaporizadores en cápsulas, vendidos por algunos de los principales distribuidores a precios ridículos, permiten mantener un nivel elevado de nicotina, fomentando así la adicción. Además, las regulaciones destinadas a restringir sabores atractivos e imponer dispositivos de seguridad para niños ya parecen ser eludidas mediante ingeniosas estrategias de marketing y diseños físicos de los puntos de venta.
El grupo Vape Free Kids, formado por padres preocupados, destaca el hecho de que incluso con regulaciones más estrictas, los productos de vapeo siguen siendo ampliamente accesibles y atractivos para los jóvenes. Sugieren que la clave del problema reside en mantener los productos alejados de los jóvenes, sacándolos de los lugares que visitan con frecuencia.
El ministro asociado de Salud, Casey Costello, está enfatizando el compromiso del gobierno de reducir las tasas de tabaquismo y considerando fortalecer el marco regulatorio en torno a la venta de productos de tabaco y vapeo. Sin embargo, la escala y la velocidad de la adaptación de la industria del vapeo ponen en duda la eficacia de las medidas actuales y futuras.
El ejemplo de Nueva Zelanda refleja un desafío global: encontrar un equilibrio entre los beneficios potenciales del vapeo para ayudar a los fumadores a dejar el tabaco y el riesgo de una nueva generación adicta a la nicotina, atraída por productos innovadores y atractivos. Las estrategias de rápida adaptación de la industria del vapeo requieren una cuidadosa consideración y regulaciones anticipadas para proteger eficazmente a las poblaciones más vulnerables, particularmente a los jóvenes.
