Un estudio reciente realizado por el instituto de investigación médica QIMR Berghofer revela que prohibir el vapeo en Australia podría llevar a que una proporción alarmante de vapeadores recurra al tabaco tradicional, lo que ejercería una presión adicional sobre el sistema sanitario australiano. Esta transición del vapeo al tabaco entre el 13% de los vapeadores que nunca antes habían fumado podría costarle a Australia más de 180 millones de dólares adicionales al año, debido al aumento de los tratamientos para enfermedades respiratorias, cardiovasculares y otros tipos de cáncer.
El estudio muestra que algunos cigarrillos electrónicos, que contienen venenos, metales pesados como níquel y cromo, así como subproductos químicos como formaldehído y acetona, han experimentado un aumento dramático en popularidad, y alrededor de un millón de australianos ya los usan. Los efectos nocivos del vapeo, que incluyen adicción, intoxicación, toxicidad aguda por nicotina, quemaduras y daño pulmonar, están cada vez más documentados.
Si las personas que ya no pueden comprar vaporizadores debido a la nueva prohibición deciden cambiar a cigarrillos sin intentar dejar de fumar, esto aumentaría el riesgo de enfermedades a largo plazo. La profesora Louisa Gordon, investigadora de QIMR Berghofer, señala que el ya de por sí tenso sistema sanitario podría deteriorarse aún más, con un aumento del número de personas que padecen enfermedades y adicciones inducidas por el tabaquismo tras esta transición del vapeo a los cigarrillos.
Los costos adicionales para el sistema de salud de Australia podrían incluir casi 37 millones de dólares más por cáncer de pulmón y casi 54 millones de dólares por infecciones de las vías respiratorias inferiores cada año. Actualmente, las infecciones de las vías respiratorias inferiores ya le cuestan a Australia 1,5 millones de dólares al año.
La Lung Foundation de Australia, a través de su Directora General de Políticas, Promoción y Prevención, Paige Preston, colaboró en esta investigación y apoya la acción gubernamental para prevenir y reducir el uso de vapeadores. Exige una implementación prioritaria y el cumplimiento de reformas en todas las jurisdicciones, así como mejores esfuerzos educativos y un enfoque empático para ayudar a las personas a superar la adicción al vapeo y a la nicotina sin estigmatización.
Sin embargo, debido a que el vapeo es un producto relativamente nuevo, los efectos nocivos de su uso no se comprenden completamente y hay poca evidencia sobre las condiciones de salud crónicas resultantes del vapeo. El estudio dice que se necesita más investigación para evaluar la verdadera carga del uso de cigarrillos electrónicos en la salud individual y su impacto en el sector sanitario y la economía nacional de Australia.
Crédito de la foto: NCA NewsWire / Nicki Connolly
