En un documento de posición reciente, dos ex altos funcionarios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) criticaron las directrices adoptadas por la organización con respecto a los cigarrillos electrónicos y los productos de vapeo.
Estas críticas ponen de relieve un debate en curso sobre el lugar de estos dispositivos en las estrategias para reducir los daños relacionados con el tabaquismo.
Los ex funcionarios, cuyos nombres no fueron revelados directamente..., enfatizaron que el enfoque actual de la OMS podría potencialmente ignorar los beneficios que ofrecen los cigarrillos electrónicos como herramientas para dejar de fumar para los fumadores adultos que buscan dejar de fumar combustibles. Sostienen que, si bien es necesaria la precaución, una regulación estricta y la estigmatización de los productos de vapeo podrían disuadir su uso como una alternativa menos dañina al tabaco tradicional.
Estas críticas llegan en un contexto en el que la comunidad científica sigue dividida sobre el tema del vapeo.
Por un lado, los estudios respaldan que los cigarrillos electrónicos pueden reducir significativamente la exposición a sustancias nocivas que se encuentran en el humo del tabaco, proporcionando una opción de reducción de daños para los fumadores que no pueden dejar de fumar con métodos tradicionales.
Por otro lado, persisten las preocupaciones sobre los efectos a largo plazo de la inhalación de los aerosoles producidos por estos dispositivos, así como sobre los riesgos de una nueva normalización del tabaquismo, especialmente entre los jóvenes.
En este debate, la OMS ha mantenido una postura cautelosa, advirtiendo sobre los riesgos potenciales asociados con el uso de cigarrillos electrónicos y pidiendo una regulación rigurosa.
Sin embargo, las críticas de ex funcionarios plantean cuestiones importantes sobre el equilibrio entre prevenir el inicio del tabaquismo entre los jóvenes y promover estrategias eficaces de reducción de daños para los fumadores actuales.
¿Y si la verdad estuviera en otra parte?
