Por qué Australia necesita repensar su restrictiva política de vapeo

Por qué Australia necesita repensar su restrictiva política de vapeo

Un modelo de prescripción para vapear en Australia: un fracaso en la sustitución por el comercio minorista regulado

Australia enfrenta actualmente un desafío a su modelo de prescripción de cigarrillos electrónicos, un sistema destinado a limitar el acceso a productos de vapeo solo a adultos con receta médica. Sin embargo, este modelo, combinado con la prohibición del comercio minorista, ha demostrado ser ineficaz para prevenir el aumento del vapeo entre los jóvenes. Al mismo tiempo, pocos adultos han tomado la vía legal para obtener vaporizadores, prefiriendo a menudo obtener sus suministros ilegalmente.

1. El cigarrillo electrónico: una alternativa controvertida al tabaco

Los cigarrillos electrónicos, o vaporizadores, funcionan vaporizando un líquido que contiene nicotina, lo que permite a los usuarios inhalar la sustancia con muchas menos toxinas y carcinógenos que el humo del tabaco. Aunque no están exentos de riesgos, estos cigarrillos electrónicos suelen presentarse como una alternativa menos dañina para los fumadores adultos y una potencial herramienta para dejar de fumar. Sin embargo, las políticas de salud difieren mucho entre países en su regulación: algunas favorecen la reducción del tabaquismo mientras que otras, como Australia, enfatizan la prevención del vapeo entre los adolescentes.

2. Un enfoque restrictivo en Australia ante un mercado paralelo en crecimiento

A diferencia de Inglaterra, que promueve el vapeo como ayuda para dejar de fumar, Australia ha optado por una política mucho más estricta desde 2016. La venta de vapeadores que contienen nicotina está prohibida al por menor y el acceso a ellos se limita a recetas médicas, con el objetivo de prevenir que los jóvenes personas introduzcan tabaco a través del vapeo. Sin embargo, este modelo no ha conseguido frenar la popularidad del vapeo entre los adolescentes y ha propiciado la proliferación de un mercado paralelo. De hecho, solo el 10% de los 1,8 millones de usuarios de vapeo en Australia tenían receta médica en 2023, y la mayoría prefería recurrir a fuentes ilícitas para obtener sus suministros.

Este sistema de prescripción no ha alentado a los fumadores adultos a utilizar vaporizadores como sustituto, debido a la facilidad de acceso a productos ilícitos y la renuencia de los médicos a recetar vaporizadores. La Asociación Médica Australiana y el Real Colegio de Médicos Generales incluso han aconsejado a los profesionales que no lo hagan, lo que ha obstaculizado aún más el uso legal de los vaporizadores. Consecuencia: los vaporizadores se han añadido al mercado negro del tabaco, que ya estaba bien abastecido de cigarrillos de contrabando y tabaco libre de impuestos.

3. ¿Una “epidemia” de vapeo entre los jóvenes?

El debate público en Australia se está intensificando en torno a una supuesta “epidemia de vapeo” entre los jóvenes. Si el 35% de los adolescentes ha probado el vapeo al menos una vez, la proporción de quienes lo utilizan regularmente sigue siendo baja (10% en el último mes y menos del 6% en la última semana). Sin embargo, el discurso alarmista sobre esta “epidemia” contribuye a la estigmatización de los jóvenes vapeadores y a una percepción exagerada de la magnitud del fenómeno. En un contexto de aumento de la represión, algunas escuelas llegan incluso a expulsar a los estudiantes sorprendidos vapeando.

4. ¿Hacia un modelo de venta regulado?

Frente a los límites del modelo de prescripción médica, una alternativa minorista estrictamente regulada podría constituir una respuesta equilibrada. Los ejemplos extranjeros, particularmente en Estados Unidos, muestran que es posible reducir el uso del vapeo entre los jóvenes sin prohibir su venta. Australia podría, por ejemplo, autorizar la venta de vaporizadores en puntos de venta autorizados, con reglas estrictas: prohibición de promoción, empaquetado genérico y acceso limitado a adultos. Se podrían aprobar tiendas especializadas para vender vaporizadores con restricciones de edad reforzadas, el uso de videovigilancia para controlar las ventas y la posibilidad de sanciones por incumplimiento.

Al mismo tiempo, una campaña de salud pública debería hacer hincapié en tres mensajes clave:

  • No empieces a vapear si no fumas.
  • Si eres fumador, considera vapear para dejar de hacerlo.
  • Si no puede dejar de fumar vapeando, cambie a vapear por completo para reducir los riesgos.

Este tipo de regulación daría a los fumadores adultos un acceso más seguro a los vaporizadores, al tiempo que limitaría el riesgo de que los jóvenes desarrollen una adicción. Además, una legislación estricta sobre la venta de tabaco podría ayudar a frenar el mercado negro del tabaco en Australia.

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Sobre el autor

Editor y corresponsal de Suiza. Vapoteuse durante muchos años, me ocupo principalmente de noticias suizas.