París — Una intervención pública inusual acaba de tener lugar en el panorama europeo: el ministro sueco de Comercio Exterior, Benjamin Dousa, envió un mensaje de preocupación a Francia tras el anuncio de una controvertida medida sanitaria. El decreto del gobierno francés prevé la prohibición de las bolsitas de nicotina a partir de abril de 2026, una decisión que Suecia, líder en la reducción de daños relacionados con el tabaco, considera un error estratégico.
Una decisión unilateral y mal entendida
Sin consulta pública ni estudios de impacto publicados, Francia ha decidido prohibir un producto que se utiliza como alternativa al tabaco para fumar. Las bolsitas de nicotina, aunque no contienen tabaco ni requieren combustión, están siendo prohibidas por regulación, lo que genera una división entre Francia y varios de sus vecinos europeos, que prefieren la regulación a la prohibición total.
En su correspondencia oficial, el ministro sueco expresó dos preocupaciones: por un lado, los ciudadanos suecos que visiten Francia podrían ser castigados por poseer un producto que es legal en su país; por otro lado, cuestionó la falta de alineación con los enfoques europeos basados en la reducción de daños.
La nicotina no es el enemigo
El debate suele estar mal encaminado. El riesgo para la salud no proviene de la nicotina en sí, sino de los subproductos de la combustión del tabaco, como el alquitrán, el monóxido de carbono y otros agentes tóxicos. Al abordar el problema de las bolsitas de nicotina, Francia prohíbe una opción sin combustión que es potencialmente menos dañina que los cigarrillos convencionales.
Norbert Neuvy, cofundador de Nicotine World y exfumador empedernido durante 17 años, da fe de la eficacia de estos dispositivos alternativos. Tras fracasar con los sustitutos tradicionales, logró dejar el hábito gracias a los cigarrillos electrónicos y, posteriormente, a las bolsitas de nicotina. Al igual que él, muchos usuarios encuentran en estos productos un trampolín para dejar de fumar de forma duradera. ¿Por qué cerrar esta puerta?
La prohibición como callejón sin salida para la salud
Prohibir un producto no significa su desaparición. Todo lo contrario: abre la puerta a un comercio paralelo incontrolable, sin estándares ni control de calidad. Lejos de promover la salud pública, este enfoque podría aumentar los riesgos para los usuarios. Refleja una postura ideológica más que una decisión pragmática.
Otros países, como Suecia, el Reino Unido y Canadá, han adoptado políticas claras centradas en la reducción de daños, con resultados convincentes: menores tasas de tabaquismo, mejor información al consumidor y una estricta supervisión de las alternativas. Francia, por otro lado, persiste en una lógica de estigmatización de las herramientas para dejar de fumar.
Llamado a un cambio político
Ante esta preocupante observación, Nicotine World insta solemnemente a las autoridades francesas —primer ministro, parlamentarios y funcionarios de salud pública— a reconsiderar esta dirección. La señal de Suecia no es una crítica aislada, sino la expresión de un modelo probado. Es hora de abandonar los reflejos prohibicionistas y adoptar una política coherente, solidaria y con base científica. El objetivo no debería ser combatir la nicotina a toda costa, sino erradicar las causas prevenibles de muerte relacionadas con el tabaquismo.
