Donald Trump podría desmantelar las restricciones a la nicotina introducidas bajo el gobierno de Joe Biden
Un posible cambio radical en la normativa
De hecho, la actual Casa Blanca ha lanzado varias iniciativas para reducir el consumo de tabaco, incluida la reducción drástica de los niveles de nicotina en los cigarrillos combustibles para que la adicción sea menos probable.
Sin embargo, con Trump nuevamente en el poder, estos planes podrían ponerse en duda. Los analistas dicen que una prioridad para una nueva administración de Trump sería revertir las regulaciones propuestas sobre los productos de tabaco y nicotina, que se consideran un lastre para la libertad individual y la economía.
Un enfoque radicalmente diferente
Con Trump, la erosión de las restricciones sanitarias sobre los productos de tabaco podría acelerarse. Los esfuerzos para imponer un límite muy bajo de nicotina en los cigarrillos, así como las medidas contra los sabores atractivos en los productos de vapeo, podrían abandonarse o congelarse indefinidamente.
Algunos expertos creen que los cambios podrían beneficiar a las grandes compañías tabacaleras al eliminar reglas que les imponían restricciones estrictas. Otros señalan que esto podría conducir a un aumento en el consumo de productos de tabaco tradicionales, especialmente entre los adultos jóvenes.
Fuerte oposición a las iniciativas sanitarias
Históricamente, Donald Trump ha mostrado hostilidad hacia las regulaciones consideradas excesivas. En 2019, su administración ya había reducido el alcance de las regulaciones sobre los cigarrillos electrónicos saborizados, lo que enfureció a los profesionales de la salud pública.
Los observadores predicen que si Donald Trump asume el cargo, intentará revertir todas las políticas de "reducción de daños" de la nicotina del equipo de Biden, incluida la eliminación o no aplicación de las regulaciones destinadas a controlar las concentraciones de nicotina o la prohibición de ciertos productos saborizados.
Desafíos para el futuro de la salud pública
El desafío potencial a estas iniciativas podría redefinir el panorama del consumo de nicotina en los Estados Unidos. Aunque la estrategia actual se centra en la prevención y la reducción del riesgo de adicción, una política más permisiva, según los expertos, fomentaría un aumento del tabaquismo tradicional y una reversión de los progresos logrados en los últimos años en la lucha contra el tabaco.
La comunidad científica sigue en alerta, preocupada por las consecuencias a largo plazo que una ruptura política de este tipo tendría para la salud pública estadounidense.
