Los fabricantes de cigarrillos electrónicos están ahora embarcados en una verdadera carrera a escala mundial para diseñar y apropiarse de nuevas variaciones de una tecnología cuyos derivados ya ascienden a miles de millones de euros.
El análisis de los datos de Thomson Reuters muestra que se han presentado alrededor de 650 patentes relacionadas con cigarrillos electrónicos desde principios de año, frente a más de 500 el año pasado, 220 en 2012 y solo ocho en 2005.
China, que tiene más de 300 millones de fumadores, está a la cabeza con el 64% de las más de 2.000 patentes enumeradas en total por Thomson Reuters, tanto en el desarrollo como en la fabricación de estos productos, un mercado ahora estimado en 3,5, $ 2,82 mil millones (XNUMX mil millones de euros).

Detrás de la República Popular están los Estados Unidos, con 14% de patentes y Corea del Sur con 9%.
Las multinacionales tabacaleras intentan no quedarse atrás en este campo que ha desestabilizado en parte sus actividades históricas: el grupo británico Imperial Tobacco compró el año pasado por 75 millones de dólares todas las patentes en poder de Hon Lik, un investigador médico chino al que se le atribuye la invención del cigarrillo electrónico en 2003.
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