Donald Trump, en busca de apoyo para su posible regreso a la Casa Blanca, ha iniciado una serie de compromisos con diversas industrias, incluidas las de vapeo, petróleo y criptomonedas. Durante una reunión en Mar-a-Lago con representantes de la industria del vapeo, Trump prometió renovar su apoyo a la industria, recordando su decisión de 2019 de preservar los sabores en los e-líquidos. La Asociación de Tecnología del Vapor, a través de su presidente Tony Abboud, se declaró satisfecha con el apoyo del candidato contra los demócratas percibidos como represivos hacia el vapeo.
Esta estrategia se distingue por su carácter abiertamente transaccional: el ex presidente solicita donaciones mientras formula claras promesas de desregulación. En el sector de las criptomonedas, por ejemplo, Trump recientemente cambió de rumbo, pasando de las críticas a la tecnología a las promesas de hacer de Estados Unidos la “capital criptográfica del mundo” y de despedir a los reguladores que más se oponían a ella desde su primer día en el cargo. .
A través de este enfoque, Trump atrajo financiación de industrias ansiosas por la desregulación. Este cambio de rumbo contrasta con sus declaraciones de 2016, donde afirmó ser insensible a las presiones de los lobbies, afirmando “no necesitar el dinero de nadie”. Sin embargo, hoy su equipo está redoblando sus esfuerzos para recaudar fondos, particularmente frente a Kamala Harris, quien recaudó el doble de fondos que él durante el verano. Los críticos de este cambio lo llaman un “presidente transaccional”, destacando el nivel sin precedentes de promesas directas hechas a los contribuyentes de su campaña.
